La joven --a la que Interviú dedica, además de la portada, una amplia entrevista en 10 páginas en las que se muestra en todo su esplendor-- reconoce, eso sí, que su abuelo no quiso ver el programa. "Pero en mi casa son muy liberales. Mi madre, que tiene una popular peluquería en la capital de la provincia, sabe que yo soy así, espontánea y visceral, y me apoya en todo. Además, soy mujer de un solo hombre y Piero me había gustado desde la primera vez que le vi. Aunque la primera vez que lo hice con él, en privado, fue un desastre, los dos sudando y pendientes de una campana que nos avisaba antes de una hora", matiza.

Según cuenta la joven en la revista, aún no sabe si terminar sus estudios de Derecho --está en quinto de carrera-- y ejercer la abogacía o intentar estudiar interpretación en Madrid: "Lo primero son los compromisos del programa. Aún es pronto para el futuro", dice, mientras da las gracias a sus vecinos de Morella, que le han dedicado hasta un himno con la música que El Arrebato compuso para el centenario del Sevilla (Melanista hasta la muerte), aunque sabe que tampoco puede caerle bien a todo el mundo: "Hombre, habrá quien me critique en el pueblo, claro; pero la mayoría creo que está conmigo, porque además saben que los quiero mucho".

Melania, que es un auténtico terremoto, confiesa en Interviú, no obstante, que se arrepiente en parte de haber pasado por Gran Hermano. "Se hace muy largo, todo el día allí, sin un libro, sin nada... Y solo me quedo con dos personas, a parte de Piero, de toda la casa: Amor y Andallá", dice, en referencia a la joven transexual canaria y el camerunés, respectivamente.

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